sábado, 17 de mayo de 2008

¿Dos ‘9’ no pueden jugar juntos?

El delantero tiene que ser conocido como sinónimo de gol. Su función principal es la de buscarlo y hacerse presente en el marcador.

Los hay de diferentes características y proyecciones para llegar a su objetivo. Por ejemplo, está el goleador que quizá se pueda decir que peca de lauchero pero siempre está en el área para matar. Ejemplos como el citado en el ámbito local se pueden encontrar en el ariete del Melgar Sergio Ibarra, o en las ligas del Viejo Continente en goleadores de raza pura como Filippo Inzaghi, Ronaldo o Luca Toni. Se dice que esta estirpe tiene el gol en las venas y siempre se hace presente con el número 9 en la espalda.

También podemos encontrar delanteros más encaradores, a los que le gusta fintear y llegar al arco dejando defensas atrás. Estos son más veloces y con una virtuosa capacidad de regate. Thierry Henry o Zlatan Ibrahimovic son claros representantes de este tipo.

Existen además los mediapuntas ofensivos que terminan marcando más goles que los principales delanteros. Su agresividad frente al arco y su alma de goleador los posiciona en un lugar en el que destacan como pasadores o anotadores según el ánimo con el que se haya proyectado el partido.

Cuando un entrenador plantea el once titular, sufre más de un dolor de cabeza. Desde el clásico 4-4-2, pasando por un 3-5-2 más ofensivo o múltiples combinaciones más. En la elección de la delantera desde hace tiempo corre un dicho que supuestamente impide jugar con dos delanteros netos. Pero la práctica parece romper esta regla: son múltiples los casos que demuestran su invalidez.



Sin duda, el caso que más polémica despertó en esta materia ocurrió en la selección argentina a principios de década. Dos goleadores con credenciales innegables como Hernán Crespo y Gabriel Omar Batistuta se disputaban el puesto en la albiceleste. Mientras ‘Batigol’ triunfaba en la Florentina, donde era idolatrado por su fuerte disparo, Crespo también la rompía en el Calcio con las sedas de la Lazio. La afición argentina tenía una duda sobre a quién otorgarle el rótulo de goleador, una decisión envidiada por otras selecciones debido a que se trataba de elegir en aquel tiempo entre el primer y el tercer fichaje más caro; dos delanteros de innegable calidad pero bastante distintos. Aunque Batistuta pasó por River luego de surgir en Newell’s Old Boys, fue marcando goles en La Bombonera con la azul y oro de Boca que se consagró como estrella; en cambio, ‘Valdanito’ Crespo sí fue un ídolo del Monumental de Núñez.

En el marco peruano siempre se puede encontrar casos peculiares. Mucho se recuerda a aquella delantera aliancista de 1998 conformada por Roberto Silva y Claudio Pizarro: la dupla de los ‘Tanques Blancos’ rompía la regla con grandes argumentos a su favor. Con buenas rachas de goles por parte de ambos delanteros convirtieron al equipo blanquiazul, sin duda, en un cuadro ofensivo.

Un caso más reciente en el que está regla fantasiosa no se aplica se puede encontrar en el nuevo River Plate del ‘Cholo’ Simeone. Ante la posible venta de Radamel Falcao García, el cuadro millonario optó por contratar como su reemplazante al ‘Loquito’ Sebastián Washington Abreu. El uruguayo llegaba a la Franja como teórico reemplazante del colombiano debido a sus similares características. Al final el traspaso de Radamel se truncó y River mantiene en su plantilla dos delanteros netos con capacidad para ser titulares. Por ello, el cuadro riverplatense practica actualmente un fútbol más ofensivo con ambos ‘9’ en el ataque, particularmente mas cuando juega de local.

Sin duda este lema se cumple en cuadros más conservadores. pero como toda regla, siempre -y seguramente en el Perú- existe algún caso que la quiebra. En cualquier caso es cuestión de cada técnico o sacrificio del delantero acomodarse en la cancha para cumplir funciones más retrasadas en pos del titularato.

Examinando en el caso peruano concretamente, podemos encontrar diferentes historias en las delanteras de los actuales equipos de la primera división. En algunos casos esta regla se hace efectiva, y en otros tantos imposibilita el registro anotador del equipo.

Se dan tres casos concretos que pueden notar resaltada esta regla. En el Rímac se aplica esta táctica y siempre juegan dos delanteros con características de nueve. Ximénez y Cominges siempre son los indicados, pero sólo a uno le va bien. El ‘Chino’ es el goleador del campeonato y el ‘Feo’ pasa por una racha negativa y es criticado pese a ser un goleador comprobado. La falta de espacios, termina por quitarle protagonismo.

En Cristal podrían usar la táctica que realiza Melgar. Bobadilla siempre alinea a dos delanteros centros como son Ibarra y Mercado. Pero el ecuatoriano entra por fuera para evitar cerrar espacios al ‘Checho’, aunque pierda presencia en el área.

Otro caso es el de Bolognesi. Reynoso parece estar a favor de esta regla, y pese a contar con dos goleadores como Mostto y Gonzales Vigil nos los hace jugar juntos. Los dos van alternando según cuán positivos estén de cara al arco contrario.

Presentación

Tal y como en la vida real, sobre la cancha existen reglas a las cuales la experiencia y la práctica dotan de fiabilidad. Quizá no como las reglas jurisdiccionales que tratan de equilibrar un mundo imparcial, pero sí son -acaso- el único método en el que todos los hinchas del fútbol coincidimos a priori, debido a que su cumplimiento ya es cuestión de una justicia que no tiene forma redonda. Pero también, y pese a que todos no estamos enterados de ellas, existe cierto tipo de reglas que no amerita ser escrito, sino solo aplicadas por la propia acción sobre el terreno de juego y alrededores.