jueves, 6 de agosto de 2009

El 2-0 NO es el peor resultado

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Analizando la última edición de la Champions League y hasta la jornada 25 del campeonato nacional, he podido comprobar a ciencia cierta que en gran parte de los casos esta especie de regla no debe formar parte de Reglas no Escritas como una verdad. Más bien, cualquier equipo quisiera tener ese resultado a su favor en vez que en contra, y -obviamente al margen de los marcadores en contra- hay aun resultados peores.
Curiosamente, pese a que no es muy común, en la última jornada esta frase ha maldecido a dos equipos y ha aplicado su ley al terminar convirtiendo sus dos goles de ventaja en sendos empates a dos. Tanto Cristal como Melgar iban ganando 0-2 de visita a San Martín y Áncash, respectivamente, y el exceso de confianza les hizo perder dos puntos importantes. Igualmente, no son casos para alarmarse y son simples anécdotas de nuestro apasionante torneo.

¿De dónde viene?

No es una frase nueva, pero muchos la mencionan cuando el resultado, que en sí es muy común, aparece en un partido. Se dice que cuando un equipo va ganando por solo un gol, por lo general no se confía y busca ampliar el marcador de modo permanente vía contragolpe. Mientras que en el caso del 2-0, entra la duda sobre si seguir defendiendo como antes o tranquilizarse y, sin presión de por medio, dejar la posesión al rival. Y ahí vendría la reacción del otro equipo y la gestación de esta inválida regla.

Sin presión, pero sin relajo

Cuando un equipo ya tiene una ventaja cómoda de 2-0 puede dejar de jugar tan presionado pero sin regalar el partido. No debe darle la posesión al equipo rival: no tiene que cerrarse en su campo, y debe refrescar sus jugadores. Y, seguramente, ha de buscar la ampliación del marcador a través de una contra ante un equipo que -desesperado- deja huecos. Pero la desesperación se revierte cuando el equipo que va ganando encaja un gol: los fantasmas llegan y, con el fervor del gol del descuento, fácilmente puede llegar al empate y quién sabe a cuántos más.

El caso peruano

De los 199 partidos jugados hasta la fecha 25 del actual Descentralizado, son 67 aquellos en los cuales un equipo se ha puesto en ventaja por 2-0. La gran mayoría de encuentros ha terminado con un resultado parecido, y varios en un paso hacia la goleada.
En contrapartida, son solo los cinco encuentros en los que el 2-0 ha traicionado a sus ganadores parciales, y en cuatro de ellos -incluidos los dos de la última jornada- el resultado final ha sido de empate. Solo en el Total Chalaco - César Vallejo, los porteños se confiaron en demasía del 2-0 y terminaron sucumbiendo por 2-3 contra los trujillanos. Entonces, es clara la nulidad de esta frase: si solo se cumple un 7.46% de las veces, en el Perú al menos se extingue automáticamente.

El caso europeo

Igual que en el caso local, el porcentaje también es mínimo. De todos los partidos jugados desde la fase de grupos en la pasada edición de la Champions League, en 51 el 2-0 ha sido un resultado parcial o final. Y, en solo cinco ocasiones, la frase se justificaría. Un porcentaje de 9.8 no es claro para hacer creíble una regla.
Entonces queda comprobado fácilmente que esta frase no es más que una añadidura de emoción cuando el resultado se da; pero que tampoco en la élite futbolística del mundo surge como una regla de la que se deba vivir presionado.

Es la peor, pero de las mentiras

Sin duda, queda claro que el 2-0 no es el peor resultado. Muchos estarían felices con ese marcador y las estadísticas nos han ayudado a comprobarlo. Es válido que en alguna ocasión pueda pasar: para eso están el fútbol y todas sus emociones. Pero sin dejarse llevar y no tener un exceso de confianza, el 2-0 es un resultado del cual se puede sacar mucho provecho.
Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com
Fotos: Abelardo Delgado / DeChalaca.com, Julián Osorio Sánchez, olweb.fr

miércoles, 8 de julio de 2009

¿DT nuevo, victoria segura?

 Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com "Técnico que debuta, gana", reza el dicho. Puede considerarse un tópico o un intento de intimidación al rival. Lo cierto es que nadie asegura que un entrenador nuevo llegue con victoria obligada. Veamos algunos casos y algunos números. ¿Se cumplirá esta regla no escrita?

En esta ocasión, el análisis gira en torno a un cliché: entrenador que debuta, gana. Para ello, hemos revisado el desempeño de los entrenadores de la Primera División desde el año 2000. Hay estrategas con mejores o peores rachas, pero no un denominador común que estandarice la norma. Para el estudio, cabe señalar que no se ha considerado en la muestra a entrenadores que hayan venido dirigiendo a un club desde los torneos de ascenso, ni a aquellos que ya habían estado entrenando a un equipo desde antes de la temporada 2000. Tampoco califican en el registro los interinatos.

Las ideas del hincha

Ospina, a pesar de las críticas que suele recibir, es el técnico vigente en Primera con mejor promedio en debuts (Foto: intigasdeportes.blogspot.com)Se dice que esta frase funciona porque, cuando un entrenador debuta, busca un planteamiento nuevo y los jugadores se brindan al máximo para ganar su confianza. También por la novedad táctica que se emplea y el nuevo análisis que se puede hacer sobre el rival de turno. Es obvio que tampoco se puede hacer magia en tan poco tiempo, y que el nivel del equipo influye en el resultado. Una victoria significa un aliciente importante, pero una derrota, una frustración desesperante.

Si viene de Colombia, gana

El técnico vigente en Primera que mejor promedio de victorias tiene en estrenos es Édgard Ospina. ‘Peinadito’ ha debutado cinco veces, consiguiendo cuatro victorias y un empate. Dirigió a Universitario en 2007 con goleada de 4-0 sobre Bolognesi en su debut. Ante el equipo crema también debutó con un triunfo (1-3) con buzo de Cienciano. Y ante los cusqueños se estrenó, casualmente, con otra victoria cuando empezó a dirigir a Deportivo Wanka. Con Graú Estudiantes la historia también ratificó la ley no escrita, pues le ganó a Universitario 1-0. Sólo no pudo vencer en su estreno con Total Clean en el Clausura 2007, aunque el resultado también fue meritorio: 2-2 en Lima frente a Cristal.

Las reglas de 'Chalaca'

El actual entrenador del CNI, César ‘Chalaca’ Gonzales, también posee aceptables cifras en esta década. De seis estrenos, cuatro fueron con victoria. Con su añorado Sport Boys tuvo la suerte de su lado en sus dos debuts; El ahora llamado 'Charapa' Gonzales también tiene buen rendimiento en estrenos en la década (Foto: cnideiquitos.com)el primero, venciendo a Coopsol por 2-1, y el segundo por 2-0 a Alianza Atlético. También sacó tres puntos al estrenarse con Atlético Universidad (2-0 sobre Universitario), marcador que repitió en su reciente debut con CNI frente a Vallejo. Con Unión Huaral, el tópico no le funcionó, pues perdió 0-1 contra Melgar. En cambio, dirigiendo a Estudiantes de Medicina, logró un auspicioso 1-1 en Arequipa ante los rojinegros en su primer encuentro.

Solo conoce victorias

Es cierto que solo ha tenido tres debuts en esta década y ahora está dedicado a la conducción de menores en el Esther Grande de Bentín, pero Wilmar Valencia cumple redondamente la regla. Con Alianza Lima le ganó a Boys 2-1 en 2005, mismo resultado que obtuvo, ante el mismo rival, al estrenarse como entrenador de Cristal en el Apertura 2003. Con Cienciano también ganó en la primera fecha de la temporada 2006: fue 2-0 frente a los rimenses.

Regular nomás

Entre los técnicos que más debuts han tenido y a los que les fue regular en sus primeros estrenos, podemos citar a los siguientes: Mario Palacios (tres triunfos de cuatro estrenos), Roberto Mosquera (tres de ocho), Wilmar Valencia tiene promedio perfecto en debuts. ¿Cuándo le tocará refrendarlo? (Foto: egb.com.pe)Franco Navarro (cuatro de ocho), Teddy Cardama (cinco de nueve) y José ‘Chepe’ Torres (tres de ocho).

Entonces, ¿en qué quedamos?

No obstante, también está la otra cara de la moneda. Por ejemplo, Ramón Mifflin ha debutado en seis ocasiones (tres con Boys, dos con Aurich y una con Áncash) y sólo una vez consiguió la victoria: en 2001, cuando, con buzo rosado, venció 3-2 a Coopsol. Otro caso es el de Julio César Uribe, que en sus dos estrenos con Cienciano no pudo conseguir victoria alguna.

Conclusión: un tercio

Por números, se puede concluir que la premisa no cuenta con demasiado respaldo. De 209 estrenos registrados desde el año 2000, solo 70 cumplieron la regla, lo que representa un 33.49%. Sería mejor cambiar la frase: uno de cada tres técnicos que debuta, gana.

viernes, 24 de abril de 2009

Dos cabezazos en el área = gol

Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com

Esta sección se renueva con una nueva máxima que seguramente traerá discusión. Es el análisis de uno de los axiomas futbolísticos contemporáneos más repetidos: que dos cabezazos en el área (casi) siempre son gol.

Empezó a hacerse conocida e integrarse a la larga lista de reglas no escritas en 1986. Han pasado casi 23 años desde aquella final del mundial mexicano, en el que un par de alemanes fueron, por decirlo así, forjadores de esta máxima futbolística.

Pese a que Alemania Federal sucumbió 3-2 ante la Argentina de Maradona, el empate transitorio (2-2) que le puso emoción a aquel encuentro mostró una perfecta combinación por los aires entre Dieter Höness y Rudi Völler, para que el segundo marcara de cabeza adelantándose a Nery Pumpido (ver video 1, minuto 1:15). A los teutones no les sirvió para alcanzar la máxima presea pues, como se sabe, Burruchaga entró en la historia del balompié gaucho tres minutos después. Pero sí les bastó para entrar en la historia.

Concepto adquirido

Esta jugada, que incluye sorpresa y precisión, es difícil de planear, pues la improvisación y una rápida reacción son fundamentales para desconcentrar a la defensa rival. Cuando uno cree que el primero va a cabecear directamente, habilita a un segundo que se encuentra mejor posicionado. Desde aquella final, han sido incontables las repeticiones de tal jugada ya con el axioma de rigor añadido.

Un buen ‘pivoteo’ y un buen acompañante

Se necesitan dos jugadores de alta estatura para poder hacer efectiva la jugada. Muchos equipos se equivocan al buscar un pelotazo para que el más alto realice el ‘pivoteo’, pero sin acompañantes que lo ayuden. Un jugador peruano que ha sido duramente criticado por ello es Flavio Maestri. Tan solo cuando compartió ofensiva con Roberto Silva, en Alianza Lima de 2006 y 2007, pudo conectarse mejor y darle rentabilidad a sus cabezazos. En el Cristal de los noventa, en cambio, su función era otra: habilitar con la cabeza, generalmente después de un servicio muy largo del arquero Balerio, a Julinho o al ‘Chorri’ Palacios para que estos, a la carrera, liquidaran a los rivales.

En Argentina también puede encontrarse a otro gran ‘pivoteador’: Martín Palermo, que continuamente le baja balones a Rodrigo Palacio y otros compañeros de la ofensiva xeneize. Sus 188 centimetros le permiten ganar ante las defensas rivales, cumpliendo el primer requisito para desarrollar esta regla no escrita. Si pivoteas hacia abajo, también puedes hacerlo hacia arriba. En suma, un buen ‘pivoteador’ es indispensable para que dos cabezazos en el área se conviertan en gol.

De cuando en cuando

En el fútbol peruano estos goles se dan esporádicamente. En clásicos, por ejemplo, el último lo hizo el paraguayo Darío Caballero, tras servicio de José Balarezo, en el triunfo de la ‘U’ por 1-2 en Matute del Apertura 2007 (ver video 2). En el mismo partido, minutos antes, un doble cabezazo en el área íntima había sido enviado afuera por Luis Mayme. Si bien este tipo de reglas no se cumple en gran porcentaje, sirven para jugar con el folclor del fútbol y persuadir sobre diversos peligros al rival. Para lograrlo, el trabajo táctico de la semana es imprescindible.

En Reglas no Escritas hemos desmentido ciertas frases que buscan pasar por frecuente lo que solo es ocasional. Se dice que solo un 15 por ciento de estas combinaciones termina en la malla rival. Si bien es complicado realizar una estadística con esta regla, dos cabezazos en el área nunca van a dejar de desacomodar a un zaguero rival.

miércoles, 18 de febrero de 2009

La Ley del Ex


Se los puede acusar de traidores, de mercenarios, de insensibles. Pero en el fútbol, muchas veces, el fiel sentimiento se deja de lado por una humilde excusa como la de ser un buen profesional. Entre delanteros, sobre todo, son varios los casos que se presentan en nuestro país: Carty, Cominges, Meza Cuadra el último fin de semana... Acá, algunos números para ver si la famosa ley del ex, esa que manda que al equipo en el cual se jugó antes siempre se le anota, se cumple realmente en el fútbol peruano.

Ya había cabeceado al arco, y Antonio Meza Cuadra corría gritando "¡Somos los mejores!". En la mente del 'Torito' difícilmente yacía el recuerdo de su pasado en el conjunto santo. La euforia de marcar el primer tanto para Vallejo en la temporada borraba sentimientos pasados.

Entonces fue cuando me di cuenta de lo común que llega a ser esta regla no escrita, si ya desde la primera jornada podemos encontrar algún caso. Es cierto que Meza Cuadra no tuvo un gran paso por Santa Anita, por lo que la 'Muela' y compañía no estarán resentidas por el festejo del 'Rooney peruano'. Pero los grandes protagonistas de esta Ley sí dejaron resentimientos al inflar las redes de sus ex equipos.

Los infieles

No les gustan las relaciones largas y cuando enfrentan a antiguas novias no les guardan rencor. Los goleadores que más camisetas han vestido suelen ser los que más infidelidades han cometido.

Histórico traidor. El goleador histórico del fútbol peruano, el nacionalizado peruano Sergio Ibarra tiene el dudoso honor de ser el atacante más traidor entre los que actúan en el torneo local. Un total de 60 gritos ante sus ex equipos lo dejan con las orejas muy rojas. Es lógico, sin embargo si el 'Checho' ha jugado por 12 equipos incluyendo al Juan Aurich este año.

Desde sus inicios en la Segunda con Ciclista en 1992, Ibarra ha hecho gozar y sufrir a todas las hinchadas que algún día corearon su nombre. Sport Boys no solo tuvo la desgracia de descender el año pasado, sino de convertirse en el club que vio la mayor traición hecha por un ex goleador. Pese a que el 'Checho' jugó por Boys en dos etapas, el profesionalismo ponderó y 16 veces fueron las que el Callao vio al 'Checho' como un rival que les anotó. Salvo Wanka y Huaral, todos los equipos por los que Ibarra pasó han celebrado goles de él en arco chalaco.

En Sullana tampoco guardarán buen recuerdo del cordobés. Pese a que también vistió camiseta churre en dos temporadas diferentes, 14 razones son suficientes para que la ley haya vuelto a funcionar con el cuadro norteño.

Y todavía sigue sumando. El que le sigue en corazones rotos ahora luce la rojiblanca camiseta del Total Chalaco, pero a sus 40 años Germán Carty todavía tiene la mecha prendida. En su decimotercer equipo buscara ampliar su fama de mujeriego marcando a relaciones pasadas.

Son 42 los flechazos que Carty ha dejado en sus ex equipos. Los más afectados son Sporting Cristal y Universitario, con ocho dianas recibidas. A los rimenses, con quienes jugó en el 98', les ha marcado con camiseta de Estudiantes de Medicina -en cuatro ocasiones y en un mismo partido- y también con la roja de Cienciano, la blanquiazul de Alianza Lima y dos con la verde de Sport Áncash.

A los merengues también les marcó en ocho ocasiones. Tres jugando por Cienciano en el 2002, dos jugando por Cristal, una con Melgar y con Estudiantes y una también con Boys, los rosados también sufrieron un gol cuando la 'Avestruz' jugaba con la crema en el 95'

Que feo es marcar así. Los goles pueden ser de diferentes formas; lo que importa es su consecución. Sin embargo, hay uno que los suele marcar con cierta belleza. Quién más si no el nuevo goleador del José Gálvez, Paul Cominges. Si bien nunca jugó en Áncash, rival al que le marcó en la primera fecha, este año son siete los equipos que pueden sufrir sus resentidas despechadas. Ya otros lo han sufrido 39 veces y Melgar, con 11, fue el que más pagó pato.

Chispazos con resentimiento. Pese a que actualmente ningún equipo de primera cuente con sus servicios, Roberto Holsen también tiene una cuenta de goles traicioneros que destacar. Trece es el número, acaso de mala suerte para que esté sin camiseta con la que aumentar su cuenta. Ríe entonces Alianza Lima, el club donde se formó futbolísticamente, pues 'Chispita' lo venció siete veces.

No lo esperaba de ti

Uno puede entender que tanta camiseta haya trastornado un poco los sentimientos de algún goleador, pero al parecer en esta época el significado de amor y fidelidad puede sonar a cuento chino. He aquí algún ex ídolo y que clavó algún gol al equipo de sus amores.

Por ejemplo, tanto Flavio Maestri como Waldir Sáenz pueden jactarse de ser ídolos en sus equipos. Sin embargo, el destino les jugó una mala pasada y su búsqueda de oportunidades les terminó tragándose críticas pese a que hayan perdido perdón por haber marcado.

El 'Tanque', jugando con el equipo íntimo, anotó tres veces ante el resentimiento del Extremo. Waldir, con la rojinegra arequipeña, cerró los ojos y no quiso ver cómo el Comando Sur sufría su gol.

Vale recordar también situaciones como la del año pasado, en que Donny Neyra -más allá de no ser precisamente delantero- marcaba en la goleada de Universitario contra Boys y pedía perdón a la hinchada porteña por su afín con ella.

Para terminar, se puede recordar un caso que bien puede funcionar como antítesis de esta ley: el de Eduardo Esidio, quien nunca logró un gol contra algunos de sus sus ex equipos. Alcides Vigo llegó a bajar y Alianza Lima y Universitario nunca vieron un gol suyo en contra cuando pasó de una camiseta a otra. Pero es la excepción a la regla, ¿verdad?

viernes, 7 de noviembre de 2008

¿Seis minutos, Titín?

Hace ya un tiempo que en el fútbol peruano se conoce un dicho que caracteriza cierto momento del partido. Roberto ‘Titín’ Drago impuso su propia regla referente a la posterioridad del la consecución de un gol. El comentarista crea un espacio virtual de seis minutos en el que el mismo equipo o el rival aprovecha para marcar un segundo gol.


A PRIORI

Las razones posibles de este teórico descubrimiento pueden suceder por la alegría que provoca el marcar un gol y visible desconcentración tras marcar el mismo.

Un caso sucede por que el propio equipo que marcó el gol inicial, se aprovecha del renegón rival y golpea de nuevo antes de los 360 segundos.

El otro suceso acontece cuando es el rival que responde rápidamente y vuelve a sacar ventaja en el marcador.


SEIS MINUTOS DE POLÉMICA

Toda esta explicación de conocimientos consituye la regla en teoría, pero el debate viene a colación que de cuánto de correlato tiene en la propia práctica; si solo es una distinción del ex jugador o una regla que puede confirmarse en el acontecer futbolístico nacional como precaución en los minutos posteriores que se marca un gol.


A FORTIORI

Para ello se ha realizado una investigación sobre todos los intervalos de goles producidos en el Torneo Clausura hasta la fecha 19 (exceptuando el partido postergado entre Bolognesi y Melgar). Obviamente se omiten los partidos con un gol o cero, pues en dichos encuentros no existen intervalos entre goles. De esta forma:

- La totalidad de intervalos es de 213 durante 100 partidos evaluables

- De esos 213 intervalos, solo 40 son lapsos de seis minutos o menos, lo que equivale a decir que la regla se ha cumplido en un discreto 18.8 % de los casos posibles

Pero también el debate puede recaer en por qué ‘Titín’ habla de seis minutos, y no de siete o quizá de cinco. ¿Se tratará de algún número cabalístico? Veamos qué dice la estadística:

- Si se proclama la regla con cinco minutos, el monto se reduciría a 34 intervalos y el porcentaje arrojaría un 16.0%.

- En cambio, si la regla aumentara a siete minutos, la cifra crecería a 42 intervalos y se alcanzaría un porcentaje de 19.7%

A POSTERIORI

Dados los resultados de la breve investigación, se puede comprobar que la ley depara muchos vacíos. El porcentaje resultante es bajo y una instauración como regla se extendería a que si después de estos seis minutos no se marca un gol, la consecución de un nuevo tanto se limitaría, lo cual evidentemente no ocurre.

Usted, amigo lector, habrá tardado seguramente menos de 360 segundos en leer este post. ¿Tiempo suficiente para marcar un segundo gol? No siempre. Seguramente esta regla ha podido llegar a ser muy comentada por su curiosidad, pero lamentablemente lo más seguro es que prescriba en un futuro en el que solo reglas bien fundamentadas perdurarán en el ambiente futbolístico.

lunes, 6 de octubre de 2008

Penal bien pateado es gol


Cuando un partido resulta trabado se dice que la única solución de marcar goles es través de una jugada a balón parado, entre las que cobran mayor importancia los penales.

El penal, como los seguidores de fútbol saben, es la consecuencia de una falta dentro del área. De una distancia de 11 metros a la línea del gol. Es un desafío solo entre el ejecutor y el portero. A simple vista se puede entender -y yo mismo afirmo- que es una posibilidad concreta de gol en el caso de que el lanzador lo realice de forma óptima. Esta afirmación es corroborada físicamente gracias al trabajo realizado por la matemática alemana Sandra Johanni, según un artículo en la revista española Muy Interesante. Ella afirma que de acuerdo con la distancia y las medidas de los elementos tapar un penal es absolutamente imposible.

CUANDO EL ARCO SE ACHICA Y EL PORTERO SE AGRANDA

Pese a lo dicho anteriormente, soy consciente de que siempre existe la excepción. La picardía del arquero en adelantarse unos segundos antes permite combatir contra los cálculos efectuados. La suerte también es un factor importante a la hora de tapar un penal: el portero debe elegir un lado para lanzarse y justo puede coincidir con el que eligió el ejecutor.

Muchos también se darán cuenta, al ver la cara del jugador, que la presión va a ser superior y normalmente lo falle. Para convertir un penal, un futbolista debe estar seguro y lleno de confianza. Un ejemplo claro lo sentí en la cara de Cristiano Ronaldo en la última final de la Champions League: el portugués falló, aunque por suerte para él su equipo campeonó.

Una teoría que me suele acompañar certeramente es que cuando el jugador no toma carrera para patear el penal, sino que da dos pasos en la misma área, el fallo es previsible. La falta de fuerza y sorpresa acompañan a la falla del penal.

¿SUERTE O ESTRATEGIA?

Es diferente decir que un jugador marró el penal a decir que lo tapó el portero. Parece no ser coincidencia, pues la historia data de grandes porteros entre cuyas características se contaba la de parar penaltis. Como se mencionó anteriormente, está el caso de saber como adelantarse y conocer la actitud del jugador. O quizá, como el caso de Jens Lehmann en el Mundial pasado, de tener una lista sobre cómo patea cada jugador. Esta lista podía ser ficticia, pero ya jugaba con la psicología del pateador.

Los abanderados que demuestran que la estrategia es un factor preponderante son varios. Sergio Goycochea, por ejemplo, es siempre recordado en Argentina por los penales que sirvieron para que la albiceleste llegue a la final de la Copa del Mundo de Italia ‘90. Primero se hizo notar en los cuartos de final cuando tras disputados el tiempo reglamentario, los penales elegían el clasificado. ‘Goyco’ fue figura al taparles los disparos a Brnovic y Hadzlbegic, con lo que logró el pase para Argentina sin importar que el mismo Maradona hubiera fallado el suyo. Pero fue contra la misma anfitriona Italia cuando se consagró, al atajarles penales a Roberto Donadoni y a Aldo Serena. Es cierto: en ambos se adelantó, pero ahí está presente la astucia del portero.

Otros grandes atajadores internacionales se dice que son el portugués Ricardo, el brasileño del Milán Dida o el danés Peter Schmeichel. Todos fueron claves en definiciones y su estrellato se consolidó a partir de una simple ronda de azar.

En el ámbito peruano es imposible no mencionar al gran Juan ‘Mago’ Valdivieso, quien en una gira a Chile hizo que su promedio de tapar penales fuera mayor a los que recibía.

Un caso parecido últimamente puede ser el del seleccionado nacional Leao Butrón. Entre el Clausura del año pasado y la fecha ha tapado cinco penales en el torneo doméstico. El argentino Martinuzzi y el uruguayo Damián Rodríguez parecen seguir sus pasos, con dos y tres penales atajados en lo que va del año, respectivamente.

SE PIERDE LA SEGURIDAD

Viendo las estadísticas totales de penales atajados, la cifra es notablemente inferior notablemente a la de recibidos. En el presente año van siendo 14 los penales no ejecutados correctamente: dos fueron al poste y 12 resultaron atajados.

El caso concreto viene a ser que justamente en esta última fecha del Clausura, la jornada 14, se cobraron cinco penales y curiosamente solo uno fue acertado.

En el Melgar - Cristal, la figura de José Carvallo cumplió su punto clave al taparle el penal al paraguayo Aldo Jara, que estuvo desacertado todo el encuentro. Un penal dudoso que tuvo factores en la generación del error. Carvallo, fiel al estilo de Jerzy Dudek -recordado por la Champions que ganó al Milán gracias a su soberbia actuación en los penales-, se movió sobre la línea y desconcentró al rival. Además, se adelantó claramente, pero también se impulsó con mayor fuerza. Y Jara fue muy confiado y “avisando” a qué palo iba a patear.

En el Aurich - Gálvez hubo dos, uno para cada equipo. El caso de Moisela, común ejecutor de penales para el ‘Ciclón’, es una antitesis de esta nota: puede echarle la culpa al estado de la cancha del Centenario Manuel Rivera Sánchez, pero su disparo se desvió demasiado. Un penal mal pateado muy difícilmente pueda ser gol. Pocos minutos después, un empujón de Guadalupe a Meza Cuadra generó un penal para la ‘Franja’. El goleador Claudio Velázquez, tan habitual en este tipo de lanzamientos y con la avaricia de aumentar su cuota goleadora, se animó a patear. Potente disparo, pero Martinuzzi se jugó por su derecha y adivinó el disparo, que no fue tan esquinado. Más mérito para el arquero que para el jugador.

En el San Martín - Universitario, se concretó el único penal. Un insípido ‘Pepe’ Díaz, poco peligroso por lo demás para el arco crema, lo ejecutó de buena forma. Potente y esquinado derechazo, inútil para la estirada del ‘Gato’ Fernández. Así de sencillo de comentar.

Y finalmente el quinto penal fue en el Vallejo - Cienciano. Francisco Bazán sólo tuvo que quedarse en su palo para tapar el potente pero muy centrado disparo del ‘Chino’ Soria. Soria quien es raro que falle penales, optó por lo seguro arriba y al medio pero la intuición de ‘Paco’ le jugó una mala pasada. El volante poeta tenía puntaje perfecto en lo que iba del año, tres penales, tres goles.

PENAL BIEN PATEADO ES CASI GOL

Entonces, a la luz de lo explicado, todavía a uno le quedará la duda. Ciertamente los penales son una lotería e influyen muchos factores en su ejecución. Pero mantengo mi firmeza que un potente disparo desde los once pasos, esquinado y con confianza, es sinónimo de gol.

miércoles, 20 de agosto de 2008

¿Zurdos por derecha?


Pese a lo competitivo que es el fútbol en la actualidad todavía existen ciertos cupos con vacantes limitadas. Para poder alcanzar estos puestos ha de cumplirse unos requisitos que no sólo constan del esfuerzo sobrenatural sino de la propia genética que cada uno posee.

Según estadísticas, aproximadamente sólo un 13% de la población es zurda. Esta particularidad también por lógica se hace presente en el mundo del fútbol, y es por ello que las posiciones en el campo para este lado son más restringidas.

Desafiando estadísticas y luchando en demarcaciones donde la demanda es mayor, existen ciertos jugadores que pese a nacer con facilidad en este lado se encuentran más cómodos en el lado contrario.

Lo lógico por el poco cupo de zurdos es que los propios diestros desempeñen labores en el lado alterno a su mayor capacidad sin en la mayoría de casos brindar un total rendimiento posible.

Veamos por que existen ciertos casos de zurdos que prefieren jugar por derecha. Diferentes razones y planteamientos hacen válida esta opción de acuerdo con el criterio de cada entrenador y el gusto del propio jugador.

Como máxima refutación para este caso se puede citar la generación del mejor gol de la historia, el de Maradona contra los ingleses en 1986 tras llevarse medio equipo. Su versión actualizada con Leo Messi de protagonista también es causada por el juego del pequeño zurdo por la banda alterna. El ‘Pelusa’ no sólo jugaba por derecha, se recorría toda la cancha e incluso llegaba a defender. El del Barcelona, más cercano a mi época, prefiere esta banda para armar la diagonal y poder encarar mejor a los defensas. Debido a su técnica no existen problemas para la consecución de su objetivo.

El tridente ofensivo del Barcelona obligó a Rijkaard a disponer a la ‘Pulga’ en esta posición para dejar a Ronaldinho por derecha y Eto`o en el centro. La cuota goleadora de Messi no disminuía y el conjunto blaugrana se llevó su segunda Copa de Europa.

Otro caso notorio es el del holandés Robin Van Persie. El extremo del Arsenal, zurdo él, también prefiere el lado contrario para acomodar sus potentes disparos. Su versatilidad tampoco impide que destaque por el lado izquierdo o en posiciones más ofensivas.

En el fútbol peruano también podemos encontrar diversos ejemplos. En Universitario con Gareca y su famoso y efectivo 3-5-2 dispuso más por necesidad la utilización de Julio Landauri por la banda derecha pese a ser zurdo. El ex volante de Sport Boys se ha acomodado cuando le toca ingresar reemplazando al diestro Miguel Torres. Este caso es peculiar debido a que las funciones de Landauri no son tan cercanas al arco contrario si no más bien de carrillero que alterna las dos funciones. Le costó adaptarse al puesto ya que al principio sufría para volver y se trababa a la hora de encarar. Por las ganas que predispone el moreno centrocampista y su velocidad, el equipo funciona, pero tampoco expone el 100% de su técnica al estar ocupada su banda natural.

En el equipo rival también encontramos a un zurdo por derecha. El venezolano Ricardo David Páez también gusta de ir por esta banda. Pese a que es sabido que también encara por el centro, utiliza la banda derecha la utiliza para avanzar y hacer efectivo su buen remate de distancia –el gol que anotó contra Melgar, su primer tanto en el fútbol peruano, es un claro ejemplo de esto-.

Considero que la funcionalidad de un jugador zurdo ayuda a alternar en ambas bandas. Es válido que se base en su capacidad para encarar, hacer la diagonal y sorprender con el disparo de media distancia. En varios casos este uso nace por necesidad ante la ausencia de recursos y ayuda a mejorar la ofensiva del equipo en puestos avanzados. En el caso del defensa carrilero que se proyecta por las bandas puede ser una alternativa interesante para atacar más aunque es menos considerada. La muestra insignia de estos casos sucede en los tridentes ofensivos. ‘Chemo’ Del Solar también conoce este caso y utilizó a Mendoza y Farfán en bandas alternas contra Ecuador. El resultado no fue el deseado.